Etimología y Historia de Orion

Constelación conspicua que contiene siete estrellas brillantes dispuestas en un patrón distintivo. A finales del siglo XIV, se conocía como orioun, un término que proviene del griego Oriōn o Oariōn, que hacía referencia a un gigante cazador de la mitología griega, amado por Aurora y asesinado por Artemisa. El origen del nombre es incierto, aunque algunos sugieren que podría derivar del acadio Uru-anna, que significa "la Luz del Cielo."

Otro nombre griego para esta constelación era Kandaon, un título asociado a Ares, el dios de la guerra. El patrón estelar ha sido representado en muchas culturas como un gigante, como en el antiguo irlandés Caomai ("el Rey Armado"), el antiguo nórdico Orwandil o el antiguo sajón Ebuðrung. Un texto mesopotámico de 1700 a.C.E. lo llama El Verdadero Pastor de Anu. Los meteoros Orionid, que parecen irradiar desde esta constelación, recibieron su nombre en 1874.

I this day discovered a new particular of my own ignorance of things which I ought to have known these thirty years — One clear morning about a fortnight since I remarked from my bed-chamber window a certain group of stars forming a Constellation which I had not before observed and of which I knew not the name — I marked down their positions on a slip of paper with a view to remember them hereafter and to ascertain what they were — This day on looking into the Abridgment of La Lande's Astronomy, one of the first figures that struck my eye in the plates was that identical Constellation — It was Orion — That I should have lived nearly fifty years without knowing him, shews too clearly what sort of observer I have been. [John Quincy Adams, diary entry for Nov. 18, 1813, St. Petersburg, Russia]

Hoy he descubierto un nuevo aspecto de mi propia ignorancia sobre cosas que debí haber conocido hace treinta años. Una mañana clara, hace unas dos semanas, observé desde la ventana de mi dormitorio un grupo de estrellas que formaban una constelación que no había visto antes y de la que no conocía el nombre. Anoté sus posiciones en un trozo de papel con la intención de recordarlas en el futuro y averiguar qué eran. Hoy, al consultar el Resumen de la Astronomía de La Lande, una de las primeras imágenes que llamó mi atención en las láminas fue esa misma constelación. Era Orión. Que haya vivido casi cincuenta años sin conocerlo muestra con demasiada claridad el tipo de observador que he sido. [John Quincy Adams, entrada de diario del 18 de noviembre de 1813, San Petersburgo, Rusia]