El inglés antiguo clæg significa "tierra rígida y pegajosa; arcilla," y proviene del protogermánico *klaijaz. Este término también dio lugar al alto alemán antiguo kliwa que significa "afrecho," al alemán Kleie, al frisón antiguo klai, al sajón antiguo klei, al medio neerlandés clei y al danés klæg, todos refiriéndose a "arcilla." Además, en inglés antiguo encontramos clæman, en nórdico antiguo kleima y en alto alemán antiguo kleiman, que significan "cubrir con arcilla."
Algunas fuentes sugieren que estos términos provienen de una raíz común en el protoindoeuropeo que significaba "lodo; pegamento," y que también dio origen a palabras para "arcilla" y verbos que expresan "unirse" o "pegarse." Entre las palabras comparables se encuentran el latín gluten que significa "pegamento, cera de abejas," el griego gloios que se traduce como "sustancia pegajosa," el lituano glitus que significa "pegajoso," glitas que es "mucosa," el eslavo antiguo glina que se traduce como "arcilla," glenu que significa "lodo, mucosa," el irlandés antiguo glenim que significa "me adhiero, me pego," y el inglés antiguo cliða que se traduce como "yeso." Sin embargo, Beekes señala que "no todas las comparaciones son convincentes," y observa que la mayoría de las palabras citadas provienen del báltico-eslavo o del germánico, "lo que sugiere un origen de sustrato europeo."
En la Escritura, se refiere a la materia de la cual fue formado el cuerpo del primer hombre; de ahí su uso para significar "cuerpo humano," especialmente en el contexto de un cuerpo sin vida. Como adjetivo, se usó para describir algo "hecho de arcilla" en la década de 1520. El término Clay-pigeon se refiere a "un disco de arcilla cocida utilizado como blanco volador en el tiro al plato," en lugar de aves vivas, y data de 1881. La expresión Feet of clay que significa "debilidad fundamental" proviene de Daniel ii.33.