Desde finales del siglo XIV, se usaba para describir a alguien "moralmente recto, justo ante los ojos de Dios" (actualmente se considera principalmente un arcaísmo bíblico, según el Oxford English Dictionary de 1989). También se aplicaba a personas "equitativas, justas, imparciales en sus tratos" y a situaciones que eran "adecuadas, apropiadas, conformes a normas o reglas." Además, se usaba para referirse a algo "justificable, razonable." Proviene del francés antiguo juste, que significaba "justo, recto; sincero" (siglo XII), y directamente del latín iustus, que se traduce como "recto, justo, equitativo; conforme a la ley, lícito; verdadero, adecuado; perfecto, completo." Este término también es la raíz del español y portugués justo y del italiano giusto. Su origen se encuentra en ius, que significa "un derecho," especialmente en el contexto de "derecho legal, ley" (puedes ver más sobre esto en jurist; del latín ius también derivan palabras en inglés como jury (jurado), injury (lesión), entre otras).
Se documenta desde alrededor del año 1400 con el significado de "de buena voluntad, recto en intención." A principios del siglo XV, adquirió el sentido de "legal, lícito, correcto según la ley." También se utilizaba para describir algo "exacto, preciso; caracterizado por la precisión; que tiene dimensiones correctas" (finales del siglo XIV). En el contexto de narraciones, cálculos, etc., se usaba para referirse a algo "exacto, correcto" (principios del siglo XV). En música, el significado de "armónicamente puro, correcto y exacto" se documenta hacia 1850.
En el ámbito del derecho, el término más común en latín era lex, que se refería a leyes específicas, a diferencia del conjunto de normas legales. El sustantivo que significa "persona o personas justas; Cristo" aparece a finales del siglo XIV. En latín, el adjetivo neutro se usaba como sustantivo, iustum, que se traduce como "lo que es justo o recto."