"apertura en una pared para admitir aire o luz," c. 1200, windou, literalmente "ojo del viento," del nórdico antiguo vindauga (danés antiguo vindue), de vindr "viento" (ver wind (n.1)) + auga "ojo" (de la raíz PIE *okw- "ver"). Relacionado: Windowed.
Reemplazó al inglés antiguo eagþyrl, literalmente "agujero de ojo," y eagduru, "puerta de ojo." Comparar con el frisón antiguo andern "ventana," etimológicamente "puerta de aliento."
Originalmente en referencia a un agujero sin cristal en un techo. La mayoría de las lenguas germánicas adoptaron más tarde una versión del latín fenestra (como el alemán Fenster, el sueco fönster) para las ventanas con marcos y cristal, que se utilizaron extensamente en el siglo XI, y el inglés usó fenester como una palabra paralela hasta mediados del siglo XVI.
Window dressing en referencia a las vitrinas de las tiendas se registra desde 1853; el sentido figurado es de 1898. Window-box es de 1895. Window seat, uno al lado o debajo de una ventana, está atestiguado desde 1778. Window of opportunity (1979) proviene del uso figurado anterior en el programa espacial de EE.UU., como launch window (1963). Window-shopping se registra desde 1904.
Window shopping, according to the women, is the king of outdoor sports. Whenever a woman gets down town and has 2 or 3 hours and no money to spend, she goes window shopping. She gives the Poiret gowns and the thousand dollar furs the double O and then kids herself into believing she'd look like Lillian Russell or Beverly Bayne if she had 'em on. It's great for developing the imagination and one of the great secrets of conserving the bankroll. ... [Motor Age, Jan. 27, 1916]
Comprar mirando vitrinas, según las mujeres, es el rey de los deportes al aire libre. Siempre que una mujer llega al centro y tiene 2 o 3 horas y no tiene dinero para gastar, se va a mirar vitrinas. Ella le da el doble O a los vestidos de Poiret y a las pieles de mil dólares y luego se engaña a sí misma creyendo que se vería como Lillian Russell o Beverly Bayne si los llevara puestos. Es genial para desarrollar la imaginación y uno de los grandes secretos para conservar el dinero. ... [Motor Age, 27 de enero de 1916]