"el líquido negro con el que los hombres escriben" [Johnson], mediados del siglo XIII, inke, del francés antiguo enche, encre "líquido de escritura oscuro" (siglo XII), anteriormente enque (siglo XI), originalmente enca, de una abreviatura del latín tardío encaustum, del griego tardío enkauston. Este es el neutro del adjetivo participio pasado enkaustos "quemado", del verbo enkaiein "quemar", de en- "en" (ver en- (1)) + kaiein "quemar" (ver caustic).
En Plinio, la palabra es el nombre de un tipo de método de pintura que involucra fuego o calor.
It denoted a kind of painting practised by the ancients, in which the crayon was dipped in wax of various colours. Encausto pingere is to practise this art, paint in encaustic or enamel. [footnote in "The Life, Letters, and Sermons of Bishop Herbert de Losinga," Oxford, 1878]
Denotaba un tipo de pintura practicada por los antiguos, en la que el crayón se sumergía en cera de varios colores. Encausto pingere es practicar este arte, pintar en encaústico o esmalte. [nota al pie en "The Life, Letters, and Sermons of Bishop Herbert de Losinga," Oxford, 1878]
Más tarde fue el nombre especial de la tinta rojo púrpura, el sacrum encaustum, usado por los emperadores romanos para firmar sus documentos; se decía que se obtenía de los restos triturados de ciertos moluscos, convertidos en líquido de escritura por la aplicación de fuego o calor, lo que explicaba el nombre. En el Código de Justiniano, su fabricación para usos comunes, o por personas comunes, estaba prohibida bajo pena de muerte y confiscación de bienes.
La palabra habitual para "tinta" en latín era atramentum (fuente del francés antiguo arrement), literalmente "cualquier cosa que sirva para teñir de negro," de ater "negro;" la palabra griega era melan, neutro de melas "negro." La palabra en inglés antiguo para ello era blæc, literalmente "negro," y se compara con el sueco bläck, danés blæk "tinta." El español y el portugués (tinta) y el alemán (tinte) obtienen sus palabras "tinta" del latín tinctus "una tintura."
Donkin acredita una pronunciación griega, con el acento al principio de la palabra, para la evolución francesa; la misma palabra latina, comportándose regularmente, se convirtió en inchiostro (con -r- no etimológica) en italiano, encausto en español.
Como adjetivo, inken (c. 1600) ocasionalmente ha sido usado. Ink-slinger, despectivo por "periodista," es de 1870. La ink-blot test del psicólogo atestiguada desde 1915.