A mediados del siglo XIV, encontramos la palabra stadie, que se refería a una carrera a pie o a un circuito de carreras. A principios del siglo XV, el término también designaba una antigua medida de distancia, proveniente del latín stadium (en plural stadia), que significaba "una medida de longitud". Esta medida era variable, pero comúnmente se consideraba como una octava parte de una milla romana o un poco más de 600 pies ingleses estándar. En las primeras traducciones al inglés de la Biblia, se tradujo como furlong. Además, el término también se usaba para referirse a "una etapa, una estación o un recorrido para corredores a pie". Su origen se encuentra en el griego stadion, que significaba "una medida de longitud, un circuito de carreras o una pista de atletismo", especialmente la pista en Olimpia, que tenía una longitud de un stadion.
Originalmente, el stadion era la distancia entre las estaciones sucesivas de los gritos y los corredores que se empleaban para medir distancias, y con el tiempo, el término se extendió para referirse al propio recorrido [Century Dictionary].
Según Barnhart, la idea detrás de la palabra griega podría ser la de un "estándar de longitud fijo, aquello que permanece inmutable", derivada de stadios, que significa "firme, fijo", y que proviene de la raíz protoindoeuropea *sta-, que significa "estar de pie". Sin embargo, Beekes no parece conectar ambas ideas y sugiere que stadion podría ser "quizás una transformación etimológica popular" del griego spadion, que significa "pista de carreras". Este último término sería un derivado de span, que significa "tirar, jalar" (comparar con spasm), posiblemente basado en la idea de "el que es largo". Si esta teoría es correcta, la forma podría haber sido influenciada por stadios.
En inglés, la forma ha sido re-Latinizada a partir del inglés moderno temprano stade. El significado de "pista de atletismo" en inglés se registra desde alrededor de 1600 y se amplió para referirse a "una gran estructura ovalada abierta con gradas para observar eventos deportivos" en 1834. Los estadios deportivos clásicos contaban con gradas inclinadas para los espectadores a lo largo de dos lados y un extremo.