Alrededor de 1300, se usaba weik para describir a alguien "deficiente en fuerza física; agotado por el esfuerzo," y también "falta de fortaleza moral." Proviene del nórdico antiguo veikr, que significa "sin fuerza," y es afín al inglés antiguo wac, que se traduce como "débil, flexible, blando."
Se cree que estas palabras provienen del protogermánico *waika-, que significa "ceder" (también la raíz de palabras en bajo sajón como wek, en sueco vek, en medio neerlandés weec, en neerlandés week que significan "débil, blando, tierno," en alto alemán antiguo weih que se traduce como "blando, ceder ante algo," y en alemán moderno weich que significa "blando"). Según Watkins, esta raíz proviene del protoindoeuropeo *weik- (2), que se traduce como "doblarse, torcerse."
En el contexto de herramientas y objetos, se utilizaba para describir algo "falta de efectividad" a principios del siglo XIV. Más tarde, en el mismo siglo, se usó para referirse a cosas "frágiles, quebradizas." Específicamente, en relación a sustancias y medicamentos, se empezó a usar en la década de 1590 para indicar "no suficientemente impregnado de las cualidades o ingredientes habituales."
Cuando se aplicaba a personas, especialmente a oponentes o enemigos, significaba "falta de habilidad en combate, deficiente en poder de lucha," también a principios del siglo XIV. La connotación de "falta de autoridad sobre otros" se documentó a finales del mismo siglo.
En gramática, se usó a partir de 1833 para describir un verbo que se inflecta mediante la adición regular de sílabas, en contraste con strong (adjetivo).
En cuanto a la voz, se registró su uso a principios del siglo XIV. En relación con el pulso, se usó para describirlo como "débil" hacia 1700. Relacionados: Weakly; weaker; weakest.
Las expresiones figurativas sobre una cadena que no es más fuerte que su eslabón más débil se documentan desde 1846. La frase figurativa Weaker vessel para referirse a "mujer" aparece en la década de 1520; en el Nuevo Testamento de Tyndale, weak traduce el griego asthenōn, que San Pablo usó para referirse a cualquier creyente cuya fe estuviera llena de dudas y que debía ser tratado con ternura y paciencia. Compara con weakling.