En inglés antiguo, cald (en anglosajón) y ceald (en sajón occidental) significaban "que produce intensamente la sensación que resulta al bajar la temperatura de la piel," y también "con una temperatura baja." Estas palabras provienen del protogermánico *kaldjon (que también dio lugar al frisón antiguo y al sajón antiguo kald, al alto alemán antiguo y alemán kalt, al nórdico antiguo kaldr, y al gótico kalds "frío"). Su raíz se encuentra en el protoindoeuropeo *gel-, que significa "frío" o "congelar" (de ahí el latín gelare "congelar," gelu "escarcha," glacies "hielo").
El sentido de "indiferente ante sentimientos intensos" apareció en el inglés antiguo tardío. La acepción de "con una temperatura relativamente baja, no caliente" se registró a mediados del siglo XIII. La interpretación de "muerto" surgió a mediados del siglo XIV.
La connotación de "no fuerte, que afecta los sentidos solo ligeramente" (en referencia a olores o rastros en la caza o el seguimiento) se documentó en la década de 1590; de ahí se extendió al uso en juegos de búsqueda, significando "alejado del objeto de búsqueda" (1864).
Cold front en meteorología se utiliza desde 1921. Cold sweat se registra en la década de 1630. El término Cold-call (verbo) en el contexto de ventas se documenta en 1964 (implicado en cold-calling); el sustantivo cold call aparece en 1953, y cold-selling se usa desde 1947. Cold comfort (década de 1650) significa "poco consuelo, algo que ofrece escaso alivio." La expresión throw cold water on en el sentido figurado de "desalentar por una resistencia o indiferencia inesperada" se documenta en 1808.
Cold cream, un cosmético, se menciona en 1709, traduciendo el latín ceratum refrigerans, una preparación de aceite, cera y agua que se dice que fue inventada por el médico griego Galeno en el siglo II. El nombre proviene de la antigua teoría de las enfermedades, que sostenía que el desequilibrio entre los humores "calientes" y "fríos" causaba enfermedades. Estas podían tratarse con remedios de la naturaleza opuesta, aunque no necesariamente fueran "calientes" o "fríos" en un sentido literal.
En japonés hay dos palabras para "frío": samui se refiere a la frialdad en el ambiente o entorno, mientras que tsumetai describe objetos fríos al tacto, y también se usa en un sentido figurado para referirse a personalidades o comportamientos fríos.