Este sufijo adjetival, muy común, significa "lleno de, cubierto de o caracterizado por" lo que expresa el sustantivo. Proviene del inglés medio -i, del inglés antiguo -ig, del protogermánico *-iga- y del protoindoeuropeo -(i)ko-, un sufijo adjetival que tiene cognados en griego -ikos y latín -icus (ver -ic). En germánico, encontramos cognados en holandés, danés, alemán -ig y gótico -egs.
Se usó desde el siglo XIII con verbos (drowsy, clingy) y para el siglo XV ya se empleaba con otros adjetivos (crispy). Se usaba principalmente con monosílabos; al combinarse con más de dos sílabas, el efecto tiende a volverse cómico.
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Las formas variantes en -y para adjetivos cortos y comunes (vasty, hugy) ayudaron a los poetas tras la pérdida del -e, que aunque gramaticalmente vacío, era métricamente útil en el inglés medio tardío. Los versificadores se adaptaron a las formas en -y, a menudo de manera artística, como en la obra de Sackville: "The wide waste places, and the hugy plain." (usar and the huge plain habría sido un obstáculo métrico).
Después de que Coleridge lo criticara como un artificio arcaico, los poetas abandonaron formas como stilly (probablemente Moore fue el último en usarla, con "Oft in the Stilly Night"), paly (que Keats y el propio Coleridge habían utilizado) y otras similares.
Jespersen ("Modern English Grammar," 1954) también menciona bleaky (Dryden), bluey, greeny y otras palabras de color, lanky, plumpy, stouty y la jerga rummy. Según él, Vasty sobrevive solo como imitación de Shakespeare; cooly y moisty (Chaucer, de ahí Spenser) las considera completamente obsoletas. Sin embargo, en algunos casos nota que (haughty, dusky) parecen haber reemplazado formas más cortas.